Preguntas frecuentes.

  • En el pasado, los pájaros eran reales, pero el gobierno los eliminó y reemplazó por drones con fines de vigilancia. A día de hoy, al menos en las ciudades, no hay “aves” reales. El 100% de las que quedan son dispositivos de control al ciudadano.

  • Los “pájaros” se posan en los cables eléctricos para recargarse mediante inducción. Esto ocurre debido a que los cables generan campos electromagnéticos que aprovechan para transferir energía a su sistema.

    Este método permite que los drones se carguen de forma autónoma, reduciendo mucho la labor de mantenimiento de los mismos.

  • Esta carne, como muchas otras de “origen animal”, es carne sintética que crece en laboratorios.

    Para sostener la mentira pajarista sin levantar sospechas, fue necesaria la producción en masa de carne sintética, de forma que la cadena de suministro no se viera afectada y el ciudadano medio no se lo cuestionase.

  • Durante la pandemia, el confinamiento fue la excusa perfecta para que el gobierno pudiera cambiar las baterías de los drones disfrazados de pájaros, a la vez que implementaron la tecnología 5G en nuestros barrios. Con menos gente en las calles, fue más fácil realizar el mantenimiento y asegurarse de que siguieran funcionando para sus tareas de vigilancia durante al menos una década más.

  • Los pájaros-dron del gobierno están equipados con tecnología 5G para mejorar sus capacidades de vigilancia. El despliegue de la red 5G (también durante la cuarentena) ha permitido que estos drones transmitan datos en tiempo real con mayor eficiencia y cobertura, asegurando un monitoreo constante y efectivo de la población.

  • Sí, los ornitólogos son en realidad los encargados del correcto funcionamiento de los drones. Su aparente estudio de las aves es una tapadera para el mantenimiento y monitoreo de los pájaros-dron del gobierno. Estos "ornitólogos" realizan ajustes y reparaciones bajo la fachada de investigación científica.

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